martes, 11 de diciembre de 2012

Butter cookies. Galletas de mantequilla.

Ahora que estamos prácticamente en Navidad, estas galletas son ideales. Si os hacéis con algún cortapastas con formas navideñas, o simplemente uno con forma de estrella o corazón, y espolvoreáis azúcar glass por encima de la galleta... ¡el efecto Navidad está garantizado! Y si no, mirad. 



Estas galletitas no son nada del otro mundo pero, personalmente, el sabor de la mantequilla y la textura suevemente aterronada me vuelven loca. Son unas pequeñas delicias de las que estoy secretamente enamorada.

Para hacerlas necesitaremos:



  • 150 gr. de mantequilla a temperatura ambiente,
  • 100 gr. de azúcar glass tamizado,
  • Un huevo a temperatura ambiente,
  • 1 cucharaditas de esencia de vainilla,
  • 350 gr. de harina tamizada,
  •  Una pizca de sal.
Lo primero que vamos a hacer es batir la mantequilla hasta que quede suavecita suavecita y de un amarillo pálido. A continuación añadimos el azúcar y seguimos batiendo hasta que quede completamente incorporado. Es el momento de añadirle el huevo y la esencia de vainilla. Batimos hasta que el color de la masa sea uniforme. 
Ahora iremos incorporando la harina tamizada, poco a poco, mientras batimos. Ya veréis cómo la masa va engordando...


Llegará un momento en el que tendréis que prescindir de la batidora y vais a tener que AMASAR, es decir, usar las manos. Usad sólo una mano, la otra conservadla limpia, vais a tener que manipular la harina para ir incorporándola toda, y nunca se sabe si vais a necesitar urgentemente coger el teléfono, rascaros la nariz... esas cosas.

Al principio la masa será irritantemente pegajosa, pero conforme vayáis añadiendo harina, se irá haciendo más compacta y se acabará volviendo absolutamente manejable. No se pegará en absoluto a vuestros dedos. Añadid harina hasta que eso pase, no importa si se sobrepasan los 350 gr. indicados. 

Cuando podáis hundir los dedos en la masa y sacarlos completamente limpios, podéis hacer tres cosas: podéis dejarla enfriar un ratito, de manera que se manipulará mejor o ya podréis estirarla y cortarla.

En cualquiera de los dos casos, llegado el momento de cortarla, precalentamos el horno a 190ºC. Os recomiendo que preparéis dos trozos de papel de hornear suficientemente grandes para meter entre ellos una bola de masa y poder extenderla fácilmente, con un rodillo, o una botella, hasta tener una lámina de medio centímetro de grosor, más o menos.

 

El resto es sencillo: las cortamos con el cortapastas elegido y las vamos colocando en una bandeja de horno, previamente forrada con papel de hornear. Las dejamos en el horno de 15 a 20 minutos, o hasta que veamos que están doraditas, pero no demasiado. 

Si no habéis usado toda la masa, podéis congelar el sobrante y descongelarlo más adelante para hacer otra hornada. La masa queda perfecta una vez descongelada, doy fe.


Ya está. Las sacamos del horno y las dejamos enfriar ligeramente, porque calientes están todavía un poco blanditas y se nos pueden romper.
 
Y prácticamente ya están. Se pueden comer así, o se pueden espolvorear con azúcar glass. Yo hice una remesa de corazones para una boda especial, y las embolsé por parejas. Una de las dos galletas iba bañada en chocolate de cobertura que dejé enfriando toda la noche en la nevera, y que al día siguiente no se derritió ni un poquito. Quedaron muy monas, y tuvieron mucho éxito, lástima que no hice ni una triste foto al paquetito.
 
En fin, para la siguiente.
 
 
 
 

jueves, 6 de diciembre de 2012

Magdalenas de Manzana y Crema Pastelera

Bueno, bueno, bueno. Aquí estoy de nuevo, con una recetita deliciosa que ya he hecho repetidas veces, por la buenísima aceptación que ha tenido en mi casa. Tachán:



La receta está sacada del libro de magdalenas de Xavier Barriga, aunque con algún cambio pequeñito adaptado a mis gustos...




Los ingredientes que vamos a necesitar:



Vamos allá. Lo primero de todo será hacer la Crema Pastelera y dejarla enfriar mientras realizamos el resto del proceso.

Escogemos dos boles bien grandes. En uno de ellos cascamos los 2 huevos y añadimos el azúcar, mientras batimos con las varillas eléctricas (yo uso el accesorio-barilla que trae mi propia batidora chusca) a velocidad baja. Sin parar de batir, añadimos la leche y cuando esté incorporada, el aceite, poco a poco.

En el otro bol, mezclamos la harina, la levadura y la sal. Yo las pongo en un colador, y las tamizo, todas juntas. Cuando tenemos la mezcla hecha, volvemos al bol con la mezcla "líquida", y vamos incorporándola, batiendo a velocidad baja todavía. Cuando esté todo debidamente mezclado y la masa sea homogénea (veréis que a la batidora le cuesta algo más batir porque la masa ha cogido cuerpo, pero no pasa nada, si la mía no ha ardido en el esfuerzo, es que no pasa ná), entonces le damos un meneo a velocidad más rápida durante unos 3 minutos.



Ya tenemos el tesoro preparado, ahora sólo nos queda cubrir la masa con un trapo limpio y dejar reposar, al menos 1 hora



Pues al día siguiente, o después de ver un capítulo de Breaking Bad, o de Dexter, o de lo que más rabia os dé, volvéis a la cocina y ponéis el horno a calentar a 250º.

Cogemos el bol con la mezcla, y con unas barillas manuales le damos otro meneo importante.

Colocamos los moldes en una bandeja de horno. Yo normalmente uso moldes de silicona para magdalenas y no he tenido problemas nunca, salvo cuando regalo las magdalenas, que entonces tienen que salir de aquí desnuditas, y no quedan tan bien. Os recomiendo que compréis moldes de papel en cualquier ferretería o tienda especialiada. Quedan muy chulis.

Con una cuchara llenamos los moldes 1/4 parte de su capacidad. Después añadimos una cucharadita de crema pastelera. No pongáis demasiada, o puede que la masa de la magdalena no suba adecuadamente y se os queden tipo pelota de golf (lo digo porque me ha pasado). A continuación, con otra cucharada de masa, llenamos el molde hasta 3/4 partes.

Una vez llenos los moldes, pelamos la manzana y la cortamos en gajos que, laminaremos. Colocamos las laminitas de manzana en la superficie de la magdalena, tal y como nos parezca más bonico.

Sólo nos queda espolvorear un poquito de azúcar encima de la manzana.


Bajamos el horno a 210º y metemos la bandeja con nuestras magdalenas unos 15 minutos, o hasta que veamos que están doraditas y deliciosas.

Listo, Calixto.






 

viernes, 28 de septiembre de 2012

Japanese Cheesecake



Hola, chavalines y chavalinas (ejem), hoy voy a compartir con vosotros la receta de la tarta de queso japonesa. Se trata de una tarta de queso, sí, pero ligeramente diferente. Ligeramente es la clave, porque es precisamente así: una tarta ligera. No, engordar engorda mogollón, pero no es densa ni apelmazada como las tartas de queso al uso. Es más bien esponjosa, ligera y cremosa. Como un bizcocho suave y húmedo. Riquísima.

Vamos a necesitar:


  • 450 gr de queso tipo cremoso (Mascarpone, Philadelphia…)
  • 100 ml de leche entera
  • 55 gr de mantequilla y un poco más para engrasar el molde
  • 
6 huevos medianos
  • 150 gr de azúcar blanquilla
  • 
60 gr de harina floja (repostería)
  • 20 gr de Maicena
  • 
1 chorrito de vinagre, zumo de limón ó 1 sobre blanco de gasificante
  • 
1 cucharada de esencia de limón
  • 
ralladura de 1 limón grande
  • 1 pizca de sal
Vamos allá.

Lo primero es poner a fuego suave en un cazo los quesos, la mantequilla, la leche y el azúcar. Calentamos removiendo suavemente hasta que tengamos una crema homogénea.
Traspasad la crema al bol más grande que tengáis, y dejamos enfriar.


Una vez frío, separamos las yemas de las claras y se las añadimos a la mezcla anterior ya fría, junto a la esencia de limón, la ralladura y la harina y la Maicena tamizadas. Mezclamos hasta conseguir una mezcla homogénea. Reservamos.


Vamos precalentando el horno a 150º (calor arriba-abajo sin aire). 


Montamos las claras a punto de nieve junto al gasificante y la pizca de sal. Y ahora viene la parte delicada y más pesada: mezclar las claras sin que éstas bajen, con el resto de la masa. Si lo conseguimos (no es difícil, sólo requiere un poco de paciencia), entonces habremos conseguido darle a la tarta esa textura esponjosa y cremosa.


Lo hacemos de la siguiente manera: con una espátula o lengua vamos incorporando de abajo a arriba y al centro, con movimientos envolventes, las claras a la masa. Con paciencia, poco a poco, hasta que todo quede perfectamente integrado. Veréis que la mezcla ha crecido considerablente en cuanto a su volumen. Por eso agradeceréis haber escogido un bol grande desde un principio. No sé si lo apreciáis en las fotografías de abajo: antes de las claras, después de las claras.



Vertemos la mezcla con cuidado en un molde, y con éste, nos vamos al horno. Este paso es también un poco coñazo, porque consiste en llenar la bandeja del horno de agua, de manera que la tarta se cocine al baño maría. Ojo con los movimientos bruscos...

Horneamos durante una hora aproximadamente, dependiendo del horno. Hay que esperar hasta que el pastel esté dorado y que cuando lo pinchemos con una aguja, salga limpia, como siempre.

Cuando esté, apagamos el horno, pero dejaremos el pastel dentro con la puerta entreabierta hasta que se enfríe. Luego lo desmoldamos y lo espolvoreamos con azúcar glass. Es mejor dejarlo en la nevera unas hora o incluso toda la noche antes de servirlo. Queda mucho más asentado y delicioso.

Bueno, sólo queda zampárselo.


miércoles, 19 de septiembre de 2012

Galletas de Avena II ó "5 cereales"


No he podido resistirme a actualizar la entrada de ayer. La cuestión es que, precisamente esta mañana, me he decidido a hacer una remesa de "galletas" de avena (las entrecomillo, porque como mi novio dice, no son galletas galletas porque no crujen, y acaso tenga razón...). Me he animado a subir algunas fotos, porque he variado ligeramente la receta de ayer: en lugar de usar solamente avena, he usado müesli 5 cereales. El resto es exacto lo explicado ayer.

Podéis ver la diferencia. Quedan más "ricas" en cuanto a colores y texturas, además, las he dejado tostarse un pelín, para que estuviesen algo más crujientes, y en los bordes, puede decirse que lo he conseguido.

En fin, nada más, os dejo un par de fotos para que las valoréis, y espero que os animéis a hacerlas en casa y, de paso, contarme qué os han parecido.


lunes, 17 de septiembre de 2012

Galletas de Avena ⦼ Oat Cookies


La receta de hoy es muy SENCILLA además de MUY SANA y LIGERA. Son unas galletas que no llevan ni azúcar, ni mantequilla, ni harina... incluso, pueden no llevar leche. Ya veréis.

Los ingredientes que vamos a necesitar son:


  • Un par de plátanos bien maduros
  • 2 tazas de avena
  • 1 taza de zumo de manzana
    (yo, en lugar de eso, le pongo leche, porque me gusta más)
  • unas cuantas pasas
    (podéis usar cualquier fruta deshidratada)
  • almendras, avellanas, nueces...
    (opcional y a gusto de cada uno)
  • Extracto de vainilla
  • Una cucharadita de canela.



Lo primero es precalentar el horno a 180º. Una vez el calorcito en marcha, pelamos los plátanos y los machacamos hasta formar una pasta. Después le añadimos la avena, las pasas y los frutos secos opcionales. Removemos hasta que queden perfectamente mezclados.

A parte, mezclamos la leche/zumo de manzana, con el extracto de vainilla y la canela, y se la añadimos a la mezcla que hemos hecho anteriormente. Lo mezclamos todo bien y lo dejamos reposar durante unos 10 minutos.

Una vez pasado ese tiempo, en una bandeja de hornear previamente forrada con papel de horno para que no se nos peguen las galletas, las vamos colocando con una cuchara, dándoles una forma redondeada.




Las metemos en el horno durante unos 35 ó 40 minutos, o hasta que veamos que están doraditas. Llegado ese momento, las sacamos, las dejamos enfriar, et voilà.

La verdad es que no quedan crujientes, la textura no es la de una galleta al uso, sin embargo, el sabor a plátano y la consistencia de la avena las hace deliciosas. Al menos a mí, cuando tengo de estas galletas por casa, me resulta imposible no acabármelas en un santiamén...

Son un vicio, y lo mejor es que SON SANÍSIMAS Y LIGERÍSIMAS.





martes, 14 de agosto de 2012

Tarta de Galletas y Chocolate

Tras varias semanas sin publicar nada, vuelvo con una receta deliciosa y muy muy muy fácil de hacer. Además, seguro que quién más, quién menos, ha probado alguna vez la versión "madre" que era un clásico en los cumples de los amiguetes, sí, esos que se celebraban en casa del cumpleañero y su madre ponía ganchitos, sángüiches de nocilla y de embutido con mantequilla. ¿A que sí?

En fin, ésta es la pinta que tendrá, más o menos acabada. Y sí, está tan buena como parece.


 


 Estos son los ingredientes que vais a necesitar:
  • Un par de paquetes de galletas cuadradas
  • Leche
  • Un huevo (a temperatura ambiente)
  • Dos tabletas de chocolate negro de cobertura
  • Y una nuez de mantequilla (a temperatura ambiente)
 

Con respecto a los ingredientes, quiero apuntaros un par de cosillas. Las cantidades son orientativas, porque dependerán de cómo de grande queráis hacer la tarta o cómo de alta, puesto que su elaboración consiste, básicamente, en colocar galletas una junto a otra, y en cubrirlas de chocolate, para volver a colocar sobre el chocolate otra capa de galletas. Os recomiendo que las galletas sea cuadradas, porque así, quedará perfectamente equilibrada y el "relleno" estará apoyado perfectamente sobre las galletas sin que se filtre por agujeros y huecos raros.

También se puede hacer una crema pastelera (ya he dado la receta en anteriores entradas del blog) e ir alternando capas de galleta, chocolate, galleta y crema pastelera, o alternar también con chocolate blanco (mismo proceso que el que sigue, pero con tabletas de chocolate blanco)... Esto es al gusto, y también salen de muerte.

Pues vamos con el paso más delicado, que no difícil: la mousse de chocolate, el cemento de las galletas.

Cogemos el chocolate y lo fundimos. Se puede fundir al baño maría, o también al microondas. Es más sencilla ésta última manera: troceamos en chocolate en un bol grande y lo fundimos al microondas controlando la temperatura y el tiempo, que el micro es muy traicinero, y yo una vez me cargué un bol de plástico, que se fundió junto con el chocolate...

Un vez tenga la textura de un chocolate a la taza muy espeso, mezclamos la nuez de mantequilla. Es muy importante que la mantequilla esté a temperatura ambiente para que el chocolate, sobretodo si no es todo lo puro que debiera, se apelmace. En la segunda foto de la siguiente tanda, se ve un poquito el efecto que comento. A diferencia de la primera foto, en la que el chocolate tiene una textura suave y cremosa, tras mezclarse la mantequilla fría (no tenía planificado el tema, vale, lo siento) se endurece, se forman grumos y se seca un pelín, ¿lo apreciáis? En fin, sea como sea, tras mezclarle la mantequilla, separamos la yema de un huevo y reservamos la clara en un bol grande.

Incorporamos la yema al chocolate y la mantequilla. Reservamos. Montamos la clara anteriormente separada. Cuando esté completamente a punto de nieve (si pones el bol boca abajo y no la lías, es que la has montado), vas incorporando poco a poco la clara, MUY IMPORTANTE: de abajo a arriba. Me explico: con una lengua, o una paleta, vamos cogiendo el chocolate del fondo del bol, en movimientos circulares, y lo vamos poniendo SOBRE la clara. Con esto, lo que conseguimos es que las claras no bajen, y tener una mousse de chocolate esponjosa y ligera. ¿Lo apreciáis en la última foto?


Una vez tenemos ya preparado el cemento de la tarta, vamos con el montaje, que es un juego de niños. O no tanto...

En un platito, tupper rectangular... lo que os sea cómodo, poneis leche ligeramente templada, si la ponéis caliente, se os van a desintegrar las galletas, avisados quedáis. En esa leche vais a mojar LEVEMENTE las galletas que vais a ir colocando en el recipiente escogido. Yo las voy mojando de 2 en 2, les doy un par de vueltas de campana y las saco. Si dejas más de dos galletas en remojo te vas a encontrar con un problema importante de tiempo de remojo y, por tanto, de consistencia. No se pueden usar galletas completamente blandas, porque se deshacen y no aguantan el chocolate. Segundo aviso.

Dicho esto, vais colocando las galletas ligeramente ablandadas en leche tal y como se ve en la imagen. Una vez colocada la base, alternamos con una capa de chocolate, que vamos a esparcir con cuidado sobre las galletas, que tienen tendencia a deshacerse. A partir de aquí, basta con repetir el proceso tantas veces como deseemos.


Ya sólo queda dejar reposar la tarta unas horas en el frigorífico. Por muchas ganas de catarla que tengáis, os recomiendo que esperéis, golosones, lo agradeceréis. Ya me contaréis, ya...






viernes, 15 de junio de 2012

Chocolate Cheesecake Empedrá ❣

Hola a todos y a todas... hoy toca la largamente esperada (y reclamada) Rocky Road Chocolate Cheesecake, vaya, lo que viene siendo tarta de queso-chocolate empedrá. Divina.


Paso a detallar los ingredientes que vamos a necesitar:



PARA LA BASE:
  • 1 ½ tazas de migas de galletas de chocolate
    (Yo he descubierto las Nuria Chocolate de Birba, que son unas galletitas pequeñitas y redonditas con un sabor delicioso a chocolate. Lo digo yo, que no me gusta demasiado el chocolate... pero estas galletas, a puñaos, oyes.)
  • 5 cucharadas de mantequilla

 PARA LA TARTA:
  • 250 gr. Chocolate negro
    (Chocolate en tableta, vamos, si os gusta el cocolate, pues que sea negro, si no, pues con leche, con mucha leche o incluso blanco)
  • 220 gr. de queso Philadelphia
  • ½ taza de azúcar
  • ¼ taza de crema agria*
    (tranquis, que lo explico más abajo)
  • 2 huevos a temperatura ambiente

    PARA EL TOPPING:
  • 100 gr. Trocitos de chocolate
    (sigue valiendo una tableta hecha trocitos, para fundir)
  • 1 taza de frutos secos y pasas
Sí, muchachos, son muchas cosas, pero os digo yo que la tarta lo vale. Vamos para allá.

*Lo primero de todo es explicaros como podéis hacer una crema agria en casa, sin necesidad de comprarla. Es lo más sencillo del mundo. Lo único que tenéis que hacer es coger un poco de nata líquida, de la de cocinar (¼ de taza) y el zumo de medio limón y mezclarlos. Voilà, crema agria.
Dicho esto, precalentamos el horno a 180ºC y vamos preparando la base del pastel, que es como la de un pastel de queso normal, pero con galletas de chocolate en lugar de con galletas normales. Es decir, que con las galletas hacemos un polvillo, las trituramos con la batidota o las machacamos con mortero, como queráis, y las mezclamos con la mantequilla semi fundida. Después la clocamos en el molde de la tarta, formando una base compacta que va a ir al horno durante 5 minutos. Cuando la saquemos la reservamos, para que se enfríe. En ese momento, bajamos la temperatura del horno a 140ºC.


A continuación, mientras la base está en el horno, preparamos la masa de la tarta en sí. Podéis empezar por fundir el chocolate al baño maría. Esto consiste en, simplemente, coger un cazo con un par de dedos de agua y dentro del cazo, en un bol colocar el chocolate troceado para fundir. Vereis que a medida que el agua del cazo se caliente y hierva, el chocolate de dentro del bol empezará a derretirse. Con unas barillas removed, hasta que quede totalmente líquido.

En un bol a parte, batimos con unas barillas el queso Philadelphia con el azúcar. Cuando está mezclado perfectamente, añadimos la crema agria y cuando ésta esté también perfectamente mezclada, vamos incorporando, uno a uno, los huevos. Batir unos dos minutos, y cuando el color de la mezcla sea uniforme, es el momento de añadir el chocolate fundido. Batimos otros dos minutos, hasta que la mezcla tenga de nuevo un color uniforme.



Es el momento de verter la mezcla (meted un dedo y chupároslo después, ya veréis) en el molde donde previamente habíamos horneado la base, con la base dentro, claro está. Golpeamos un poco el molde con la mezcla contra el mostrador, para provocar que el aire que hay dentro de la mezcla salga a la superficie.

Metemos el molde 45 min. a 140ºC o hasta que el borde de la tarta esté hecho y al pinchar con un palillo, éste salga limpio.

Ya sólo queda el toque final. Es recomendable preparar la tarta un día antes de cuando se tenga intención de zampársela, porque asentada, la masa está mucho más rica. En ese caso, el paso final, el del topping, es recomendable hacerlo poco antes de servir.

Simplemente hay que derretir al baño maría los 100 gr. de chocolate que quedan y darle una capa a la superficie de la tarta, dejando un poco para decorar después. Una vez cubierta de chocolate repartimos los frutos secos y las pasas (esto es a gusto de cada uno) y como toque final, con una cuchara vamos dejando caer hilitos de chocolate sobre los frutos secos.

Chicos, ya la tenéis, ¿se parece a esto?


¿Y a esto?

Aviso: un trozo pequeñito es más que suficiente, esto es una bomba súper untuosa, compacta y cremosa (¿eh, Esther?). Os la recomiendo con amigos y en pequeñas dosis.


Espero que os guste.

N.



jueves, 31 de mayo de 2012

Quinoa con verduritas vegetales

No hace falta ser vegetariano para comer verduras de vez en cuando. De hecho, no ser vegetariano es el mejor motivo para comer verduras a menudo. En mi casa, entre pastel de chocolate y arroz al estilo "Mari Pili", siempre hay algún delicioso plato con verdurita. El de hoy es muy completo, porque la quinoa es muy alta en proteínas, así que todo en uno.


Vamos allá, cocinillas. Lo que vamos a necesitar para cuatro comensales:

  • 300 gr. de quinoa
    (sirven la blanca, la roja y la negra, aunque ésta es sólo apta
    para bolsillos de ex-directivos de Bankia)
    También puede usarse arroz, o incluso cuscús.
  • 1 zanahoria
  • 1 cebolleta (yo en este caso usé puerro)
  • 4 dientes de ajo
  • 1 calabacín
  • 6 espárragos verdes
    (yo, en este caso usé pimiento rojo y verde, que ya sé que no es un sustitutivo muy ortodoxo, pero es que no tenía espárragos, y además, me quedó de rechupete)
  • 1 tomate
  • 100 gr. de guisantes
  • 4 alcachofas
    (yo usé de bote, que las tenía muertas de risa en el armario, fíjate tú)
  • 1 nabo
  • Agua, aceite de oliva virgen extra y sal.
Ya veis que el tema de escoger los ingredientes es muy sui generis, basta con escoger verdudas, las que más os gusten (eso sí, nada de beicon ni de panceta, que os veo). La cuestión es que tengáis algo parecido a esto:


 Lo que tenemos que hacer primero es laminar los ajos y dorarlos. Mientras esto ocurre, picamos la cebolleta pequeñita (o el puerro, en juliana) y la zanahoria. Cuando los ajos estén dorados, las añadimos a la sartén.

 

Mientras esto se pocha bien...

Apunte cultural-gastronómico: "Pochar", para aquellos que todavía no lo sepáis, es un término que puso de moda el señor Karlos Arguiñano, que proviene del francés "pocher" y que quiere decir "rehogar", o sea, cocer con poco aceite cualquier cosa, para que quede blandita, transparente, tierna... NO freír, COCER.

... vamos picando el resto de verduras y las añadimos, EXCEPTO el calabacín, que como se cocina antes, lo vamos a dejar para el último momento.


Cuando añadáis el tomate picado o rallado, os recomiendo que pongáis una cucharadita de azúcar para matar la acidez, que a mi gusto es bastante desagradable y se nota muchísimo al final.


Cuando esté todo pochadito, añadimos el arroz (si estamos usando arroz) y el agua. Dos partes y un poco más de agua, por una de arroz. Y corregimos de sal.

Si usamos quinoa, primero añadimos el agua (calculamos el doble de la cantidad de quinoa que usaremos), y cuando empiece a hervir, ponemos la quinoa (también podéis hervirla a parte, según las instrucciones del envase, y mezclarlo todo al servir). Éste es el momento, también, de añadir el calabacín, cortado a medias lunas.


Cocinaremos a fuego vivo durante unos 8 minutos, y después otros 9 minutos a fuego más bajo. Sabremos que la quinoa está cocinada cuando se haya desprendido de la coronita que lleva escondida. Una vez nos hemos cerciorado de que está perfectamente hecha, apagamos el fuego y lo dejamos reposar 2 minutos.

Finalmente, añadimos un chorro de aceite de oliva y listo. A comer.