martes, 11 de diciembre de 2012

Butter cookies. Galletas de mantequilla.

Ahora que estamos prácticamente en Navidad, estas galletas son ideales. Si os hacéis con algún cortapastas con formas navideñas, o simplemente uno con forma de estrella o corazón, y espolvoreáis azúcar glass por encima de la galleta... ¡el efecto Navidad está garantizado! Y si no, mirad. 



Estas galletitas no son nada del otro mundo pero, personalmente, el sabor de la mantequilla y la textura suevemente aterronada me vuelven loca. Son unas pequeñas delicias de las que estoy secretamente enamorada.

Para hacerlas necesitaremos:



  • 150 gr. de mantequilla a temperatura ambiente,
  • 100 gr. de azúcar glass tamizado,
  • Un huevo a temperatura ambiente,
  • 1 cucharaditas de esencia de vainilla,
  • 350 gr. de harina tamizada,
  •  Una pizca de sal.
Lo primero que vamos a hacer es batir la mantequilla hasta que quede suavecita suavecita y de un amarillo pálido. A continuación añadimos el azúcar y seguimos batiendo hasta que quede completamente incorporado. Es el momento de añadirle el huevo y la esencia de vainilla. Batimos hasta que el color de la masa sea uniforme. 
Ahora iremos incorporando la harina tamizada, poco a poco, mientras batimos. Ya veréis cómo la masa va engordando...


Llegará un momento en el que tendréis que prescindir de la batidora y vais a tener que AMASAR, es decir, usar las manos. Usad sólo una mano, la otra conservadla limpia, vais a tener que manipular la harina para ir incorporándola toda, y nunca se sabe si vais a necesitar urgentemente coger el teléfono, rascaros la nariz... esas cosas.

Al principio la masa será irritantemente pegajosa, pero conforme vayáis añadiendo harina, se irá haciendo más compacta y se acabará volviendo absolutamente manejable. No se pegará en absoluto a vuestros dedos. Añadid harina hasta que eso pase, no importa si se sobrepasan los 350 gr. indicados. 

Cuando podáis hundir los dedos en la masa y sacarlos completamente limpios, podéis hacer tres cosas: podéis dejarla enfriar un ratito, de manera que se manipulará mejor o ya podréis estirarla y cortarla.

En cualquiera de los dos casos, llegado el momento de cortarla, precalentamos el horno a 190ºC. Os recomiendo que preparéis dos trozos de papel de hornear suficientemente grandes para meter entre ellos una bola de masa y poder extenderla fácilmente, con un rodillo, o una botella, hasta tener una lámina de medio centímetro de grosor, más o menos.

 

El resto es sencillo: las cortamos con el cortapastas elegido y las vamos colocando en una bandeja de horno, previamente forrada con papel de hornear. Las dejamos en el horno de 15 a 20 minutos, o hasta que veamos que están doraditas, pero no demasiado. 

Si no habéis usado toda la masa, podéis congelar el sobrante y descongelarlo más adelante para hacer otra hornada. La masa queda perfecta una vez descongelada, doy fe.


Ya está. Las sacamos del horno y las dejamos enfriar ligeramente, porque calientes están todavía un poco blanditas y se nos pueden romper.
 
Y prácticamente ya están. Se pueden comer así, o se pueden espolvorear con azúcar glass. Yo hice una remesa de corazones para una boda especial, y las embolsé por parejas. Una de las dos galletas iba bañada en chocolate de cobertura que dejé enfriando toda la noche en la nevera, y que al día siguiente no se derritió ni un poquito. Quedaron muy monas, y tuvieron mucho éxito, lástima que no hice ni una triste foto al paquetito.
 
En fin, para la siguiente.
 
 
 
 

jueves, 6 de diciembre de 2012

Magdalenas de Manzana y Crema Pastelera

Bueno, bueno, bueno. Aquí estoy de nuevo, con una recetita deliciosa que ya he hecho repetidas veces, por la buenísima aceptación que ha tenido en mi casa. Tachán:



La receta está sacada del libro de magdalenas de Xavier Barriga, aunque con algún cambio pequeñito adaptado a mis gustos...




Los ingredientes que vamos a necesitar:



Vamos allá. Lo primero de todo será hacer la Crema Pastelera y dejarla enfriar mientras realizamos el resto del proceso.

Escogemos dos boles bien grandes. En uno de ellos cascamos los 2 huevos y añadimos el azúcar, mientras batimos con las varillas eléctricas (yo uso el accesorio-barilla que trae mi propia batidora chusca) a velocidad baja. Sin parar de batir, añadimos la leche y cuando esté incorporada, el aceite, poco a poco.

En el otro bol, mezclamos la harina, la levadura y la sal. Yo las pongo en un colador, y las tamizo, todas juntas. Cuando tenemos la mezcla hecha, volvemos al bol con la mezcla "líquida", y vamos incorporándola, batiendo a velocidad baja todavía. Cuando esté todo debidamente mezclado y la masa sea homogénea (veréis que a la batidora le cuesta algo más batir porque la masa ha cogido cuerpo, pero no pasa nada, si la mía no ha ardido en el esfuerzo, es que no pasa ná), entonces le damos un meneo a velocidad más rápida durante unos 3 minutos.



Ya tenemos el tesoro preparado, ahora sólo nos queda cubrir la masa con un trapo limpio y dejar reposar, al menos 1 hora



Pues al día siguiente, o después de ver un capítulo de Breaking Bad, o de Dexter, o de lo que más rabia os dé, volvéis a la cocina y ponéis el horno a calentar a 250º.

Cogemos el bol con la mezcla, y con unas barillas manuales le damos otro meneo importante.

Colocamos los moldes en una bandeja de horno. Yo normalmente uso moldes de silicona para magdalenas y no he tenido problemas nunca, salvo cuando regalo las magdalenas, que entonces tienen que salir de aquí desnuditas, y no quedan tan bien. Os recomiendo que compréis moldes de papel en cualquier ferretería o tienda especialiada. Quedan muy chulis.

Con una cuchara llenamos los moldes 1/4 parte de su capacidad. Después añadimos una cucharadita de crema pastelera. No pongáis demasiada, o puede que la masa de la magdalena no suba adecuadamente y se os queden tipo pelota de golf (lo digo porque me ha pasado). A continuación, con otra cucharada de masa, llenamos el molde hasta 3/4 partes.

Una vez llenos los moldes, pelamos la manzana y la cortamos en gajos que, laminaremos. Colocamos las laminitas de manzana en la superficie de la magdalena, tal y como nos parezca más bonico.

Sólo nos queda espolvorear un poquito de azúcar encima de la manzana.


Bajamos el horno a 210º y metemos la bandeja con nuestras magdalenas unos 15 minutos, o hasta que veamos que están doraditas y deliciosas.

Listo, Calixto.