lunes, 17 de septiembre de 2012

Galletas de Avena ⦼ Oat Cookies


La receta de hoy es muy SENCILLA además de MUY SANA y LIGERA. Son unas galletas que no llevan ni azúcar, ni mantequilla, ni harina... incluso, pueden no llevar leche. Ya veréis.

Los ingredientes que vamos a necesitar son:


  • Un par de plátanos bien maduros
  • 2 tazas de avena
  • 1 taza de zumo de manzana
    (yo, en lugar de eso, le pongo leche, porque me gusta más)
  • unas cuantas pasas
    (podéis usar cualquier fruta deshidratada)
  • almendras, avellanas, nueces...
    (opcional y a gusto de cada uno)
  • Extracto de vainilla
  • Una cucharadita de canela.



Lo primero es precalentar el horno a 180º. Una vez el calorcito en marcha, pelamos los plátanos y los machacamos hasta formar una pasta. Después le añadimos la avena, las pasas y los frutos secos opcionales. Removemos hasta que queden perfectamente mezclados.

A parte, mezclamos la leche/zumo de manzana, con el extracto de vainilla y la canela, y se la añadimos a la mezcla que hemos hecho anteriormente. Lo mezclamos todo bien y lo dejamos reposar durante unos 10 minutos.

Una vez pasado ese tiempo, en una bandeja de hornear previamente forrada con papel de horno para que no se nos peguen las galletas, las vamos colocando con una cuchara, dándoles una forma redondeada.




Las metemos en el horno durante unos 35 ó 40 minutos, o hasta que veamos que están doraditas. Llegado ese momento, las sacamos, las dejamos enfriar, et voilà.

La verdad es que no quedan crujientes, la textura no es la de una galleta al uso, sin embargo, el sabor a plátano y la consistencia de la avena las hace deliciosas. Al menos a mí, cuando tengo de estas galletas por casa, me resulta imposible no acabármelas en un santiamén...

Son un vicio, y lo mejor es que SON SANÍSIMAS Y LIGERÍSIMAS.





martes, 14 de agosto de 2012

Tarta de Galletas y Chocolate

Tras varias semanas sin publicar nada, vuelvo con una receta deliciosa y muy muy muy fácil de hacer. Además, seguro que quién más, quién menos, ha probado alguna vez la versión "madre" que era un clásico en los cumples de los amiguetes, sí, esos que se celebraban en casa del cumpleañero y su madre ponía ganchitos, sángüiches de nocilla y de embutido con mantequilla. ¿A que sí?

En fin, ésta es la pinta que tendrá, más o menos acabada. Y sí, está tan buena como parece.


 


 Estos son los ingredientes que vais a necesitar:
  • Un par de paquetes de galletas cuadradas
  • Leche
  • Un huevo (a temperatura ambiente)
  • Dos tabletas de chocolate negro de cobertura
  • Y una nuez de mantequilla (a temperatura ambiente)
 

Con respecto a los ingredientes, quiero apuntaros un par de cosillas. Las cantidades son orientativas, porque dependerán de cómo de grande queráis hacer la tarta o cómo de alta, puesto que su elaboración consiste, básicamente, en colocar galletas una junto a otra, y en cubrirlas de chocolate, para volver a colocar sobre el chocolate otra capa de galletas. Os recomiendo que las galletas sea cuadradas, porque así, quedará perfectamente equilibrada y el "relleno" estará apoyado perfectamente sobre las galletas sin que se filtre por agujeros y huecos raros.

También se puede hacer una crema pastelera (ya he dado la receta en anteriores entradas del blog) e ir alternando capas de galleta, chocolate, galleta y crema pastelera, o alternar también con chocolate blanco (mismo proceso que el que sigue, pero con tabletas de chocolate blanco)... Esto es al gusto, y también salen de muerte.

Pues vamos con el paso más delicado, que no difícil: la mousse de chocolate, el cemento de las galletas.

Cogemos el chocolate y lo fundimos. Se puede fundir al baño maría, o también al microondas. Es más sencilla ésta última manera: troceamos en chocolate en un bol grande y lo fundimos al microondas controlando la temperatura y el tiempo, que el micro es muy traicinero, y yo una vez me cargué un bol de plástico, que se fundió junto con el chocolate...

Un vez tenga la textura de un chocolate a la taza muy espeso, mezclamos la nuez de mantequilla. Es muy importante que la mantequilla esté a temperatura ambiente para que el chocolate, sobretodo si no es todo lo puro que debiera, se apelmace. En la segunda foto de la siguiente tanda, se ve un poquito el efecto que comento. A diferencia de la primera foto, en la que el chocolate tiene una textura suave y cremosa, tras mezclarse la mantequilla fría (no tenía planificado el tema, vale, lo siento) se endurece, se forman grumos y se seca un pelín, ¿lo apreciáis? En fin, sea como sea, tras mezclarle la mantequilla, separamos la yema de un huevo y reservamos la clara en un bol grande.

Incorporamos la yema al chocolate y la mantequilla. Reservamos. Montamos la clara anteriormente separada. Cuando esté completamente a punto de nieve (si pones el bol boca abajo y no la lías, es que la has montado), vas incorporando poco a poco la clara, MUY IMPORTANTE: de abajo a arriba. Me explico: con una lengua, o una paleta, vamos cogiendo el chocolate del fondo del bol, en movimientos circulares, y lo vamos poniendo SOBRE la clara. Con esto, lo que conseguimos es que las claras no bajen, y tener una mousse de chocolate esponjosa y ligera. ¿Lo apreciáis en la última foto?


Una vez tenemos ya preparado el cemento de la tarta, vamos con el montaje, que es un juego de niños. O no tanto...

En un platito, tupper rectangular... lo que os sea cómodo, poneis leche ligeramente templada, si la ponéis caliente, se os van a desintegrar las galletas, avisados quedáis. En esa leche vais a mojar LEVEMENTE las galletas que vais a ir colocando en el recipiente escogido. Yo las voy mojando de 2 en 2, les doy un par de vueltas de campana y las saco. Si dejas más de dos galletas en remojo te vas a encontrar con un problema importante de tiempo de remojo y, por tanto, de consistencia. No se pueden usar galletas completamente blandas, porque se deshacen y no aguantan el chocolate. Segundo aviso.

Dicho esto, vais colocando las galletas ligeramente ablandadas en leche tal y como se ve en la imagen. Una vez colocada la base, alternamos con una capa de chocolate, que vamos a esparcir con cuidado sobre las galletas, que tienen tendencia a deshacerse. A partir de aquí, basta con repetir el proceso tantas veces como deseemos.


Ya sólo queda dejar reposar la tarta unas horas en el frigorífico. Por muchas ganas de catarla que tengáis, os recomiendo que esperéis, golosones, lo agradeceréis. Ya me contaréis, ya...






viernes, 15 de junio de 2012

Chocolate Cheesecake Empedrá ❣

Hola a todos y a todas... hoy toca la largamente esperada (y reclamada) Rocky Road Chocolate Cheesecake, vaya, lo que viene siendo tarta de queso-chocolate empedrá. Divina.


Paso a detallar los ingredientes que vamos a necesitar:



PARA LA BASE:
  • 1 ½ tazas de migas de galletas de chocolate
    (Yo he descubierto las Nuria Chocolate de Birba, que son unas galletitas pequeñitas y redonditas con un sabor delicioso a chocolate. Lo digo yo, que no me gusta demasiado el chocolate... pero estas galletas, a puñaos, oyes.)
  • 5 cucharadas de mantequilla

 PARA LA TARTA:
  • 250 gr. Chocolate negro
    (Chocolate en tableta, vamos, si os gusta el cocolate, pues que sea negro, si no, pues con leche, con mucha leche o incluso blanco)
  • 220 gr. de queso Philadelphia
  • ½ taza de azúcar
  • ¼ taza de crema agria*
    (tranquis, que lo explico más abajo)
  • 2 huevos a temperatura ambiente

    PARA EL TOPPING:
  • 100 gr. Trocitos de chocolate
    (sigue valiendo una tableta hecha trocitos, para fundir)
  • 1 taza de frutos secos y pasas
Sí, muchachos, son muchas cosas, pero os digo yo que la tarta lo vale. Vamos para allá.

*Lo primero de todo es explicaros como podéis hacer una crema agria en casa, sin necesidad de comprarla. Es lo más sencillo del mundo. Lo único que tenéis que hacer es coger un poco de nata líquida, de la de cocinar (¼ de taza) y el zumo de medio limón y mezclarlos. Voilà, crema agria.
Dicho esto, precalentamos el horno a 180ºC y vamos preparando la base del pastel, que es como la de un pastel de queso normal, pero con galletas de chocolate en lugar de con galletas normales. Es decir, que con las galletas hacemos un polvillo, las trituramos con la batidota o las machacamos con mortero, como queráis, y las mezclamos con la mantequilla semi fundida. Después la clocamos en el molde de la tarta, formando una base compacta que va a ir al horno durante 5 minutos. Cuando la saquemos la reservamos, para que se enfríe. En ese momento, bajamos la temperatura del horno a 140ºC.


A continuación, mientras la base está en el horno, preparamos la masa de la tarta en sí. Podéis empezar por fundir el chocolate al baño maría. Esto consiste en, simplemente, coger un cazo con un par de dedos de agua y dentro del cazo, en un bol colocar el chocolate troceado para fundir. Vereis que a medida que el agua del cazo se caliente y hierva, el chocolate de dentro del bol empezará a derretirse. Con unas barillas removed, hasta que quede totalmente líquido.

En un bol a parte, batimos con unas barillas el queso Philadelphia con el azúcar. Cuando está mezclado perfectamente, añadimos la crema agria y cuando ésta esté también perfectamente mezclada, vamos incorporando, uno a uno, los huevos. Batir unos dos minutos, y cuando el color de la mezcla sea uniforme, es el momento de añadir el chocolate fundido. Batimos otros dos minutos, hasta que la mezcla tenga de nuevo un color uniforme.



Es el momento de verter la mezcla (meted un dedo y chupároslo después, ya veréis) en el molde donde previamente habíamos horneado la base, con la base dentro, claro está. Golpeamos un poco el molde con la mezcla contra el mostrador, para provocar que el aire que hay dentro de la mezcla salga a la superficie.

Metemos el molde 45 min. a 140ºC o hasta que el borde de la tarta esté hecho y al pinchar con un palillo, éste salga limpio.

Ya sólo queda el toque final. Es recomendable preparar la tarta un día antes de cuando se tenga intención de zampársela, porque asentada, la masa está mucho más rica. En ese caso, el paso final, el del topping, es recomendable hacerlo poco antes de servir.

Simplemente hay que derretir al baño maría los 100 gr. de chocolate que quedan y darle una capa a la superficie de la tarta, dejando un poco para decorar después. Una vez cubierta de chocolate repartimos los frutos secos y las pasas (esto es a gusto de cada uno) y como toque final, con una cuchara vamos dejando caer hilitos de chocolate sobre los frutos secos.

Chicos, ya la tenéis, ¿se parece a esto?


¿Y a esto?

Aviso: un trozo pequeñito es más que suficiente, esto es una bomba súper untuosa, compacta y cremosa (¿eh, Esther?). Os la recomiendo con amigos y en pequeñas dosis.


Espero que os guste.

N.



jueves, 31 de mayo de 2012

Quinoa con verduritas vegetales

No hace falta ser vegetariano para comer verduras de vez en cuando. De hecho, no ser vegetariano es el mejor motivo para comer verduras a menudo. En mi casa, entre pastel de chocolate y arroz al estilo "Mari Pili", siempre hay algún delicioso plato con verdurita. El de hoy es muy completo, porque la quinoa es muy alta en proteínas, así que todo en uno.


Vamos allá, cocinillas. Lo que vamos a necesitar para cuatro comensales:

  • 300 gr. de quinoa
    (sirven la blanca, la roja y la negra, aunque ésta es sólo apta
    para bolsillos de ex-directivos de Bankia)
    También puede usarse arroz, o incluso cuscús.
  • 1 zanahoria
  • 1 cebolleta (yo en este caso usé puerro)
  • 4 dientes de ajo
  • 1 calabacín
  • 6 espárragos verdes
    (yo, en este caso usé pimiento rojo y verde, que ya sé que no es un sustitutivo muy ortodoxo, pero es que no tenía espárragos, y además, me quedó de rechupete)
  • 1 tomate
  • 100 gr. de guisantes
  • 4 alcachofas
    (yo usé de bote, que las tenía muertas de risa en el armario, fíjate tú)
  • 1 nabo
  • Agua, aceite de oliva virgen extra y sal.
Ya veis que el tema de escoger los ingredientes es muy sui generis, basta con escoger verdudas, las que más os gusten (eso sí, nada de beicon ni de panceta, que os veo). La cuestión es que tengáis algo parecido a esto:


 Lo que tenemos que hacer primero es laminar los ajos y dorarlos. Mientras esto ocurre, picamos la cebolleta pequeñita (o el puerro, en juliana) y la zanahoria. Cuando los ajos estén dorados, las añadimos a la sartén.

 

Mientras esto se pocha bien...

Apunte cultural-gastronómico: "Pochar", para aquellos que todavía no lo sepáis, es un término que puso de moda el señor Karlos Arguiñano, que proviene del francés "pocher" y que quiere decir "rehogar", o sea, cocer con poco aceite cualquier cosa, para que quede blandita, transparente, tierna... NO freír, COCER.

... vamos picando el resto de verduras y las añadimos, EXCEPTO el calabacín, que como se cocina antes, lo vamos a dejar para el último momento.


Cuando añadáis el tomate picado o rallado, os recomiendo que pongáis una cucharadita de azúcar para matar la acidez, que a mi gusto es bastante desagradable y se nota muchísimo al final.


Cuando esté todo pochadito, añadimos el arroz (si estamos usando arroz) y el agua. Dos partes y un poco más de agua, por una de arroz. Y corregimos de sal.

Si usamos quinoa, primero añadimos el agua (calculamos el doble de la cantidad de quinoa que usaremos), y cuando empiece a hervir, ponemos la quinoa (también podéis hervirla a parte, según las instrucciones del envase, y mezclarlo todo al servir). Éste es el momento, también, de añadir el calabacín, cortado a medias lunas.


Cocinaremos a fuego vivo durante unos 8 minutos, y después otros 9 minutos a fuego más bajo. Sabremos que la quinoa está cocinada cuando se haya desprendido de la coronita que lleva escondida. Una vez nos hemos cerciorado de que está perfectamente hecha, apagamos el fuego y lo dejamos reposar 2 minutos.

Finalmente, añadimos un chorro de aceite de oliva y listo. A comer.



domingo, 27 de mayo de 2012

Tarta de Crema Pastelera y Frutitas

La receta de hoy es muy pero que muy sencilla de hacer, y el resultado es espectacular. Para muestra un botón:


 
Vamos a necesitar:

  • 1 placa de hojaldre  
  • 12 fresas
  • kiwis
  • Moras
  • 50 gr. de azúcar
  • azúcar glas
  • Crema pastelera

La cosa es como sigue. 

Lo primero que deberíais hacer es escoger las frutas que os apetezca poner en vuestra tarta de crema pastelera y cortarlas el rodajitas ni demasaido gruesas ni demasiado finas. Yo opté por las fresas, que están en temporada y salen buenísimas, los kiwis, que dan mucho color, y unas fantásticas moras que encontré por casualidad en la frutería, pero esta tarta se puede hacer con cualquier fruta que os guste: mango, ciruela, higos, cerezas, manzana, pera... Cada cuál...

En un plato grande, ponéis una capita fina de azúcar y sobre ella vais colocando una capa de rodajitas de fruta. Espolvoread azúcar encima de la fruta y colocais otra capa de fruta, con azúcar encima de ésta. Así, tantas veces como capas de fruta tengáis. 

Cuando esté listo, lo dejais macerar hasta que la fruta suelte el jugo y empiece a formarse un jarabe brillante sobre la fruta y al fondo del plato. Con media hora, una hora es más que suficiente.

Mientras la fruta macera, podéis hacer la crema pastelera, que es la parte más "complicada" de esta receta, y ya veréis que está chupada... 

Para hacer una crema pastelera de morirse uno vais a necesitar:
  • 1/2 litro de leche, 
  • 3 yemas de huevo, 
  • 100 gramos de azúcar, o según cómo de dulce se quiera,
  • 40 gramos de harina, 
  • 25 gramos de Maizena, 
  • la corteza de un limón, 
  • 1 vaina de vainilla (sirve vainilla líquida)
  • y una ramita de canela (sirve canela en polvo).
En cuanto a los ingredientes, varias cositas. La primera es que, del medio litro de leche, tenéis que dejar aparte un vaso, para usar separadamente. Y la segunda que, lo ideal es usar una vaina de vainilla y una rama de canela, pero si resultase que no tenéis esos ingredientes en ese "formato", tampoco pasa nada, lo único que notaréis es que el color de la crema es un pelín más oscuro (porque la canela se queda dentro de la crema, en lugar de sacarla en la rama, una vez ha dejado su aroma en la leche; lo mismo con la vainilla).

En un cazo ponemos A FUEGO LENTO (esto es muy importante, si no por qué os creéis que lo he resaltado tanto):
  • la leche (menos el vaso apartado), 
  • la corteza de un limón (previamente lavada), 
  • la ramita de canela (o una cucharadita de canela en polvo, si eso) 
  • y una vaina de vainilla (o un chorrito de extracto, Vahine, por ejemplo). 
Es muy importante que NO LLEGUE A HERVIR, así que, mientras se va calentanto, es recomendable que vayáis controlando la cocción.

Mientras la leche se calienta, en un bol mezcláis el azúcar y las harinas tamizadas. Añadís el vaso de leche que previamente habíais separado del medio litro, y las 3 yemas, y batís bien con la ayuda de unas varillas.

Cuando la leche esté bien caliente (pero no haya hervido) sacad la piel del limón, e incorporad la mezcla del bol. Removed A FUEGO LENTO hasta que la mezcla empiece a engordar y a tener la textura de una crema. No os desesperéis si tarda un poco. Es normal. Si os hierve, entonces probablemente no llegue a espesar, por eso es muy importante mantener la temperatura constante y bajita. 

Tras un buen rato con la varillita para aquí y para allá, finalmente veréis como al fondo se van formando grumitos de crema que paulatinamente irán contagiando al resto hasta que la engorden toda. Cuando alcance la textura deseada (yo os recomiento que esté bastante espesa, en ningún caso líquida, porque, a no ser que vuestro hojaldre sea estanco, tendréis un verdadero problema para que se mantenga en la superfície de vuestra tarta, sin desparramarse por ahí), la apartáis del fuego. 

Yo suelo añadirle una nuez de mantequilla/margarina mezclándola bien, para que no se forme una película o costra al enfriarse, y la dejáis que se ponga a temperatura ambiente.

Encendemos el horno. 200ºC. Empieza la fiesta. :-)

Espolvoreáis vuestra encimera con harina, cogéis vuestra masa de hojaldre y la extendéis. Con ayuda de un rodillo (una botella de vino lavada y enharinada hace la función de rodillo que es una gloria, oigan) la aplanamos hasta dejarla finita finita. Podéis darle la forma que queráis, redonda, cuadrada, o guiñapo irregular, como la que me salió a mí. No importa, estará rica igual. Lo que sí os recomiendo es que los bordes los dobléis o los subáis de alguna manera, para crear una especie de "cajoncito" de hojaldre, para que la crema se quede dentro.

La colocáis en la bandeja del horno cubierta con una papel siliconado o de horno, con un tenedor la pincháis varias veces (para que no se infle). Metéis la masa unos 20 minutos a 200ºC.

Al sacarla, lo único que os queda es verter la crema pastelera sobre la masa de hojaldre horneada, colocar la fruta macerada en azúcar de la manera que más os guste y espolvorearla con un poco de azúcar glas (esto es opcional, por si no habéis tenido suficiente dulce). Tachán: deliciosa.




viernes, 18 de mayo de 2012