jueves, 31 de mayo de 2012

Quinoa con verduritas vegetales

No hace falta ser vegetariano para comer verduras de vez en cuando. De hecho, no ser vegetariano es el mejor motivo para comer verduras a menudo. En mi casa, entre pastel de chocolate y arroz al estilo "Mari Pili", siempre hay algún delicioso plato con verdurita. El de hoy es muy completo, porque la quinoa es muy alta en proteínas, así que todo en uno.


Vamos allá, cocinillas. Lo que vamos a necesitar para cuatro comensales:

  • 300 gr. de quinoa
    (sirven la blanca, la roja y la negra, aunque ésta es sólo apta
    para bolsillos de ex-directivos de Bankia)
    También puede usarse arroz, o incluso cuscús.
  • 1 zanahoria
  • 1 cebolleta (yo en este caso usé puerro)
  • 4 dientes de ajo
  • 1 calabacín
  • 6 espárragos verdes
    (yo, en este caso usé pimiento rojo y verde, que ya sé que no es un sustitutivo muy ortodoxo, pero es que no tenía espárragos, y además, me quedó de rechupete)
  • 1 tomate
  • 100 gr. de guisantes
  • 4 alcachofas
    (yo usé de bote, que las tenía muertas de risa en el armario, fíjate tú)
  • 1 nabo
  • Agua, aceite de oliva virgen extra y sal.
Ya veis que el tema de escoger los ingredientes es muy sui generis, basta con escoger verdudas, las que más os gusten (eso sí, nada de beicon ni de panceta, que os veo). La cuestión es que tengáis algo parecido a esto:


 Lo que tenemos que hacer primero es laminar los ajos y dorarlos. Mientras esto ocurre, picamos la cebolleta pequeñita (o el puerro, en juliana) y la zanahoria. Cuando los ajos estén dorados, las añadimos a la sartén.

 

Mientras esto se pocha bien...

Apunte cultural-gastronómico: "Pochar", para aquellos que todavía no lo sepáis, es un término que puso de moda el señor Karlos Arguiñano, que proviene del francés "pocher" y que quiere decir "rehogar", o sea, cocer con poco aceite cualquier cosa, para que quede blandita, transparente, tierna... NO freír, COCER.

... vamos picando el resto de verduras y las añadimos, EXCEPTO el calabacín, que como se cocina antes, lo vamos a dejar para el último momento.


Cuando añadáis el tomate picado o rallado, os recomiendo que pongáis una cucharadita de azúcar para matar la acidez, que a mi gusto es bastante desagradable y se nota muchísimo al final.


Cuando esté todo pochadito, añadimos el arroz (si estamos usando arroz) y el agua. Dos partes y un poco más de agua, por una de arroz. Y corregimos de sal.

Si usamos quinoa, primero añadimos el agua (calculamos el doble de la cantidad de quinoa que usaremos), y cuando empiece a hervir, ponemos la quinoa (también podéis hervirla a parte, según las instrucciones del envase, y mezclarlo todo al servir). Éste es el momento, también, de añadir el calabacín, cortado a medias lunas.


Cocinaremos a fuego vivo durante unos 8 minutos, y después otros 9 minutos a fuego más bajo. Sabremos que la quinoa está cocinada cuando se haya desprendido de la coronita que lleva escondida. Una vez nos hemos cerciorado de que está perfectamente hecha, apagamos el fuego y lo dejamos reposar 2 minutos.

Finalmente, añadimos un chorro de aceite de oliva y listo. A comer.



No hay comentarios:

Publicar un comentario